Saber o no saber: El sexo a las 20 semanas



Por Jeana Lee Tahnk

¡Ah, la ecografía de las 20 semanas, cuando finalmente se puede revelar el sexo del bebé! Aunque siempre he estado con la idea de que no quiero saber, todavía es una cita emocionante cuando se realiza la exploración anatómica completa y se puede averiguar si se debe usar el azul o el rosa.

Con todos mis embarazos, he sido bastante firme en no querer saber el sexo del bebé. Me encantaba el misterio de quién estaba dentro de mí, preguntándome a mí misma si era un niño o una niña y pensando en cómo se vería el bebé (esto también fue antes de los días de la ecografía 3D).

Y había suficiente anticipación en torno a cada ultrasonido que el sexo parecía pasar a un segundo plano. Yo estaba siempre preocupada: ¿Escucharé los latidos del corazón? ¿El bebé está creciendo? ¿El bebé se desarrolla normalmente?

Todavía recuerdo esas citas con tanta claridad. Acostada en esa mesa con el papel arrugado debajo, sintiendo el gel tibio y pegajoso en mi vientre y mirando la pantalla granulada en blanco y negro sin tener idea de lo que estaba mirando, y preguntándome con cada pasada de la varita si accidentalmente vería el sexo del bebé.

Con cualquier embarazo, a menudo la primera pregunta que te hacen es: "¿Qué estás teniendo?" Nueve de cada 10 veces, me sorprendía decir que no sabía. Los técnicos de ultrasonido también confirmarían que yo estaba en minoría cuando comencé cada escaneo con "¡No me digas el sexo!"

Es gracioso porque a la hora de saber el sexo de tu bebé, hay personas que necesitan saber y otras, como yo, que prefieren esperar. No tenía ningún tipo de deseo urgente de saberlo para planificar la habitación del bebé o comprar el vestuario. Te puedes imaginar cuántos mamelucos verde lima y amarillo me regalaron en mi baby shower.

Saber el sexo del bebé es una sorpresa, ya sea a las 20 semanas o cuando naciera el bebé. En el caso de mi primera vez cuando realmente me sorprendió el sexo, escuchar a mi esposo anunciar: "¡Es niño!" fue tan impresionante E incluso con los niños n.º 2 y n.º 3 cuando mis corazonadas eran correctas, poder ver esas caras blandas de bebés por primera vez fueron momentos que nunca olvidaré.